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LOS HECHOS Y LOS PROCESOS Si prestamos atención, en varias oportunidades la humanidad ha atravesado por lo que se denomina “Pandemia”, dos ejemplos: La peste, en la década de 1800 y 220 años después, Coronavirus… Así fue- para nuestra generación- lo acontecido en el año 2020. La Humanidad estuvo condicionada a encerrarse en sus casas para NO MORIR. Esta nota no pretende ser un compendio de síntomas y observaciones sobre cómo cada uno de nosotros atravesó este momento de angustia y zozobra (seguramente) Sólo me voy a remitir a aquellas personas que, bajo estos grandes condicionamientos, sacaron a relucir todo su caudal de resiliencia, empatía y autoexploración. Claro, fue una gran oportunidad para que la voluntad interna pudiera acceder a una especie de Retiro Espiritual. En definitiva, esto demostraría cómo de cada crisis, de cada catástrofe, también surgen nuevas potencialidades y nuevas oportunidades de SER MEJORES PERSONAS…Termina resultando cierta la frase que dice: “del caos surgen las estrellas”. Siempre existe una pequeña (y no tanto) porción de personas que logran expandir su consciencia a través de situaciones extremas que la vida les presenta. La muerte de algún ser querido, resulta ser la misma experiencia de muerte que sentimos dentro de nuestro interior, cuando ya no nos encontramos reflejados en ese espejo antiguo, entre las personas que eran nuestros afectos, en nuestros oficios o trabajos; todo nos resulta algo incómodo, ajeno, distante a ése “yo” de hace un tiempo atrás. Por lo general, en estas instancias, el Arte de la Introspección saca a relucir sus bondades; nos otorga nuevos descubrimientos sobre nosotros mismos y nuevas capacidades emocionales para enfrentar el porvenir que aún nos queda por transitar. Lo más importante, nos sentimos más calmos, más armónicos con nuestro cuerpo y con nuestro espíritu. Estando en estos procesos tan trascendentales, que se repiten cada ciclo de vida que vamos transitando; el abandono, las despedidas, los renunciamientos definitivos, los giros de 180 grados, son los protagonistas principales en nuestro cambio. Estamos mutando, estamos abandonando ésa piel que nos cubría y daba forma a la conducta, el carácter y las cualidades que veníamos interpretando…Bien cabe en este momento, recordar cómo es que nacen las mariposas: de una oruga… Les invito a que reflexionemos sobre las catástrofes, vengan de afuera o surjan desde adentro, todas traen consigo enormes oportunidades de regenerarnos y transformarnos en mejores SERES HUMANOS, si así lo elegimos. Poema escrito por Catherine “Kitty”” O’Meara: Quiero compartirles un poema “Y la gente se quedó en casa” por ser una especie de Himno en verso, que alienta al optimismo y a que sepamos que siempre, pero siempre hay salidas esperándonos para que las descubramos sólo en nuestro interior. María. M.L.S. |
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